Un Avión Boeing de Qantas aterriza con éxito luego de un problema con unos de sus motores

Un vuelo de Qantas (QF144 ), un Boeing 737-838, que viajaba de Nueva Zelanda a Sydney aterrizó de manera segura con un solo motor después de emitir una llamada de emergencia sobre el Océano Pacífico el miércoles.

El vuelo 144 de Qantas con 145 pasajeros a bordo aterrizó en el aeropuerto de Sydney desde Auckland, Nueva Zelanda, después de un vuelo de 3,5 horas entre las ciudades más pobladas de las naciones vecinas.

El Boeing 737-838 “experimentó un problema” con uno de sus dos motores a una hora de Sydney, dijo un comunicado de Qantas.

El mayday, que se emite cuando un vuelo está en peligro grave e inminente y necesita asistencia inmediata, se rebajó a PAN-PAN (posible asistencia necesaria) antes de que aterrizara el vuelo.

Qantas dijo que el piloto apagó el motor, pero no especificó el problema.

“Si bien las paradas de motor durante el vuelo son raras y, naturalmente, serían preocupantes para los pasajeros, nuestros pilotos están capacitados para manejarlas de manera segura y las aeronaves están diseñadas para volar durante un período prolongado con un motor”, dijo Qantas.

Los pasajeros dijeron a los periodistas en Sydney que cuando bajaron del avión les dijeron que un motor había fallado.

Describieron su experiencia del mal funcionamiento del motor como un “pequeño estremecimiento” y “turbulencias similares a baches”. Algunos informaron haber escuchado una explosión.

El aeropuerto de Sydney dijo que los equipos de emergencia se pusieron en espera como medida de precaución, incluidos los bomberos, las ambulancias y la policía.

Un usuario de twitter publico un vídeo del aterrizaje

Qantas B737-800 VH-XZB suffered an engine failure while crossing the Tasman Sea today, after departing Auckland for Sydney as QF144. The Crew did a excellent job, safely landing the aircraft on Runway 34L at Sydney Airport pic.twitter.com/TQ78sbR7Mf

— 16Right Media (@16right_media) January 18, 2023

Fuente: Redacción AviacionCivil.com.ve /smh.com.au