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El auge de la aviación, ¿es sostenible?
Publicado
Hace 13 añoson
Les traemos un buen artículo que recogemos de la BBC.
La reciente celebración del Dubai Airshow 2011, una cita fija para la industria aeroespacial, se llevó a cabo en medio de dudas sobre el futuro de la economía global. Sin embargo, el estado de ánimo dentro de la empresa aeronáutica civil es sorprendentemente optimista.
Volar es más popular que nunca antes. Aunque alguna vez representó un lujo que sólo unos pocos privilegiados podían permitirse, el transporte aéreo se ha convertido en una auténtica forma de transporte masivo durante las últimas décadas.
Las mejoras de las tecnologías, la desregulación y la introducción de modelos de negocio de bajo costo la han vuelto cada vez más accesible. Durante la década de 2000 a 2010, el número de pasajeros aumentó en un 45% en todo el mundo.
Se trata de una estadística notable, mucho más debido a los obstáculos que afectaron a la industria durante ese período.
Los atentados de 2001 en Nueva York y Washington tuvieron un profundo efecto en el mercado del transporte aéreo, especialmente en Norteamérica.
A ello siguieron otras complicaciones como el brote de SARS (síndrome respiratorio agudo severo, por sus siglas en inglés) en el sudeste de Asia, el alza de los precios del petróleo y las sucesivas crisis económicas.
Sin embargo, a pesar de todo, el número total de pasajeros continuó creciendo.
Crecimiento controlado
La pregunta ahora es si esa tasa de crecimiento podrá sostenerse.
Los dos gigantes de la industria comercial aeroespacial, Boeing y Airbus, creen que sí puede.
Por ello, Airbus prevé que el número de pasajeros se duplicará en los próximos 20 años.
Asimismo, considera que de aquí a 2030, las aerolíneas necesitarán más de 29.000 nuevos aviones para lograr atender la demanda creciente y reemplazar los modelos viejos y obsoletos.
Boeing tiene una opinión similar y espera que las aerolíneas necesiten más de 33.000 nuevos aparatos en el mismo período.
Es importante saber que estas no son maneras simples de adivinar el mercado o de mirar al futuro a través de gafas de color rosa. Estas previsiones ayudan a que los gigantes aeroespaciales puedan planificarse para el futuro y concentren sus recursos de manera eficiente, administren sus líneas de producción y las destinen a los lugares en donde se necesite más inversión.
Y si las grandes bestias de la aeronáutica civil predicen una enorme demanda de nuevos aviones, esa también es una muy buena noticia para la red de proveedores y contratistas de las que dependen.
La creciente clase media
La razón de su confianza radica en Asia, que está experimentando una especie de auge de la aviación, apuntalado por la rápida expansión económica en India y China.
Dentro de 20 años, un tercio de todo el tráfico aéreo provendrá de la región Asia-Pacífico, según lo aseguró el jefe de operaciones de Airbus, John Leahy.
“India y China están creciendo muy rápido y eso significa que existe una creciente clase media”, dice.
“La clase media viaja por negocios, por placer. Dentro de 20 años, esperamos que unos 5.000 millones de personas en todo el mundo pertenezcan a la clase media.
“Eso es representa una enorme demanda de viajes aéreos”.
Financiar la expansión
Sin embargo, un mayor número de pasajeros no se traduce automáticamente en mayores beneficio. La confianza de los grandes fabricantes no se refleja en otros lugares del mundo de la aviación.
La industria del transporte aéreo genera ganancias”, dice Brian Pearce, economista jefe de la International Air Transport Association (IATA).
“El área de fabricación es muy rentable y los clientes reciben un trato fantástico”.
Sin embargo, para las propias compañías aéreas, dice, la historia es distinta.
“De todas, esta es una de las industrias más competitivas. Existen unas 2.000 líneas aéreas comerciales que compiten intensamente y, como consecuencia, son muy pocas las que terminan ganando dinero”.
Las líneas aéreas también están directamente expuestas a los efectos de la desaceleración económica. El costo del combustible también puede tener un gran impacto en su rentabilidad.
Se trata de una situación que podría frenar el crecimiento del sector en su conjunto, explica Pearce, pues aquellas compañías con problemas de liquidez no podrán invertir en nuevos aviones.
Crecimiento no deseado
Pero también hay otro factor que podría incidir en el crecimiento de la industria. Transportar más pasajeros significa volar aviones más grandes y numerosos y, por lo tanto, la quema de más combustible.
Para muchos defensores del medio ambiente, la cuestión no es si la aviación pueda seguir creciendo, sino si en realidad ello se debe permitir.
Jos Dings es el director del grupo Transport and Environment (transporte y ambiente) con sede en Bruselas. Según él, el impacto medioambiental de la aviación necesita ser frenado con urgencia.
“En la actualidad las emisiones de la aviación se ubican en el 4,9% del total mundial, mientras que su contribución económica es menor al 1%”, dice.
“No hemos hecho nada para remediar esas emisiones que aumentan más o menos de la misma forma que los pasajeros. Si esa tendencia no se rompe, yo diría que el crecimiento de pasajeros no es una buena noticia para el planeta en absoluto”.
Pagar por contaminar
Esas cifras, sin embargo, podrían ser discutidas por muchos dentro de la propia industria. John Leahy, de Airbus, por ejemplo, sostiene que la aviación representa el 8% de la producción económica mundial.
Y añade que a pesar de la casi duplicación del tráfico aéreo de 2000 a 2010, el consumo de combustible aumentó sólo un 3%, gracias a aviones más eficientes y a una mejor gestión del tráfico.
Sin embargo, hay indicios de que, en algunas regiones, los legisladores están mirando con atención al sector.
A partir del próximo año, todas las compañías aéreas que vuelen desde y hacia aeropuertos de la Unión Europea (UE) deberán respetar el comercio de derechos de emisión de la región.
La cantidad de dióxido de carbono que podrán emitir tendrá un tope. Si quieren contaminar demasiado, tendrán que pagar por ello.
Se trata de una medida polémica a la que muchas líneas aéreas se oponen, al igual que algunos gobiernos extranjeros. Sin embargo, la UE ha seguido adelante sin tomar eso en cuenta.
Aunque es poco probable que tenga un impacto en el crecimiento global de la aviación, el hecho de que los costos medioambientales estén siendo asignados a las propias compañías aéreas -e indirectamente, a los pasajeros- sí establece un precedente.
Es un principio que probablemente atraerá cada vez más atención durante los próximos años y que podría tener un impacto mucho mayor en la industria en el largo plazo, si otros gobiernos adoptan medidas similares.
Aunque la lucha de las aerolíneas en contra de sus problemas de liquidez y el aumento de las exigencias de las legislaciones ambientales podrían desacelerar el crecimiento de la aviación, la mayoría de los expertos predice que el número de pasajeros seguirá subiendo.
Y la explicación de ese fenómeno radica en los números. Si más personas pueden permitirse el lujo de volar, dicen, lo más probable es que ello sea exactamente lo que suceda.
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